Muy buenas personas bonitas que paseáis por aquí
Hoy os traigo la historia que propuse crear la
semana pasada. No habéis participado muchos pero los que lo sí lo habéis hecho
genial, de verdad.
¡Muchísimas gracias a todas!
Os dejo con la historia completa, espero que os
guste.
Me había quedado dormida en el sofá cuando
un fuerte estruendo me despertó sobresaltándome, un escalofrío recorrió todo mi
cuerpo y me incorporé poco a poco. Desorientada, buscaba con la mirada el
lugar de procedencia y agudizando mis oídos a posibles nuevos ruidos pero por otra parte
no quería escucharlos.
A veces, en el silencio de la noche, me tapo los oídos
para no escuchar nada que no me gustaría oír. Aunque hoy ha sido demasiado
tarde y no me ha dado tiempo a no oír cómo se rompían los platos contra el suelo, pero eso no era lo que me
tenía asustada, sino el grito de terror de después. Un gritó que me heló la
sangre en las venas y me hacia tiritar. El grito de alguien que yo conocía
demasiado bien, el grito de Ana, mi mejor amiga,
mi vecina desde hacía dos meses, mi hermana desde hacía años. Su grito revelaba
un horror sin igual, que estremeció mi alma en lo más recóndito y yo dudé.
No sabía si era mejor ir a ayudarla y enfrentarme a lo que
pudiera haber allí, o quedarme donde estaba e ignorar todo lo que pasaba a mi
alrededor. La segunda resultaba más tentadora, pero me decanté por la primera.
Aún temblando, avancé por el pasillo hasta llegar a la habitación de Ana, y me
arrepentí profundamente de haber ido allí porque lo que me encontré me heló por completo
la sangre.
Ana estaba colgada en medio de la habitación. Se había ahorcado con
un cinturón, uno que yo le regalé por su cumpleaños. Pero algo no encajaba,
ella no se había suicidado, sobre todo porque tenía unas horribles marcas en los
brazos, marcas que parecían garras. Horribles y profundos surcos teñían sus brazos de rojo. Bajo su
cuerpo colgante, un charco de sangre se extendía por el suelo, por lo que
deduje que murió desangrada. El cinturón rodeando su cuello tuvo que ser
posterior, como si tuviese algo que ver con camuflar un asesinato
disfrazándolo de suicidio. Pero no me iban a engañar.
Me agarré al marco de la
puesta, las piernas incapaces de sujetar el peso de mi cuerpo, mirando sin
querer creer lo que tenía ante mi. Su cuerpo destrozado y la cara de mi amiga
desfigurada en una última mueca de terror. Me convulsioné, y vomité. Después,
comencé a temblar.
Y sonó el teléfono... durante varios segundos el teléfono continuó sonando como en segundo
plano mientras observaba con horror el balanceo del cuerpo de Ana, la mueca de
terror en su rostro, la sangre goteando... un golpe seco me sacó del shock,
volviendo a ser consciente de la llamada telefónica. El teléfono se encontraba
al fondo del pasillo, y mientras avanzaba dejando la habitación de Ana a mi
espalda, mi pulso se disparó. Tenia que salir de la casa, pero continué
acercándome al teléfono. Justo cuando iba a descolgarlo, dejó de sonar. Justo
cuando escuché a mis espaldas unos suaves pasos...
Sentí un
impacto. Todo se nubló y dejé de pensar, de ser consciente de todo.
Me desperté. Volvía a
estar en el sofá, todo había sido un sueño pero lo sentía tan real…
La luz del nuevo día
entraba por las ventanas y miré a mi alrededor con cautela. Todo estaba en
orden, definitivamente había sido una horrible pesadilla, el temor aún me
oprimía el pecho.
Me levanté ya más
aliviada, Ana no estaba en su habitación, seguramente se quedó a dormir en casa
de su chico. Exhalé un suspiro de alivio mezclado con una risilla nerviosa, no
debería leer tantos libros de miedo.
Fui a la cocina a llenar
un vaso de agua para tomarme una pastilla, me dolía mucho la cabeza seguramente
sería de la misma angustia que, aunque dormida, había sentido.
Al atravesar el marco de
la puerta tropecé y me di la vuelta maldiciendo, seguro que alguno de mis
sobrinos se habría dejado la tarde anterior un juguete por el suelo para
variar. No era ningún un juguete, sino el cinturón que le regalé a Ana. Ya no
mantenía su color verde original, estaba bañado en un rojo escarlata. Sangre,
sangre seca.
Nada había sido un sueño.
Muchas gracias a Tamara López, Laia, Valquiria, Lucía, Princesa de papel, Paola, Freyja Valkyria y Alice
Gracias a ti :D
ResponderEliminarHa quedado genial <3
¡Gracias nuevamente a ti! Por estas iniciativas tan chulas que nos hacen despertar una parte "escritora" en tus seguidoras.
ResponderEliminarHa quedado muy muy guay!!! Vamos, sería curioso seguir leyendo sobre ello jajaja
¡Espero más iniciativas así, artistaza!
Un besazo enorme =D
Hola guapa!!
ResponderEliminarJo, pues quedó genial :D Cuando quieras proponer algo parecido, ¡yo me apunto!, jajaja. Esta cosas son muy originales, me encantan ^^
Un besote!!
Wow, ha quedado geniaaal!
ResponderEliminarOhhh, que chulada! *-*
ResponderEliminarCachis, ¿por qué no participé? T_T Te ha quedado muy bien!
Un beso guapa!
¡Ha quedado muy chulo!
ResponderEliminarBueno, para cualquier otra ocasión de estas, cuenta conmigo, que me chiflan ^^
Un beso :)
Hoooola! Te ha quedado muy bien; yo sería incapaz de escribir así por eso no participé.
ResponderEliminarBesos <3
Te ha quedado geniaaal!! Gracias<3
ResponderEliminarGracias ti guapetona!! Una iniciativa super chula!! cuando repetimos!!!!! jajajajaja ha quedado genial el final!! :D
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